20 de diciembre de 2010

¿Quién es el dueño del español?

En la Universidad Nacional de Cuyo, expertos de Iberoaemérica debatieron hasta ayer el problema, y negocio, de la certificación de las competencias de los hablantes no nativos del español. Los argentinos defendieron la autonomía.


Durante esta semana, desde el miércoles y hasta ayer, en la Universidad de Cuyo se presentaron los diferentes exámenes existentes, elaborados en la Argentina, España y México. El Instituto Cervantes apunta a unir las diferentes certificaciones bajo un sello único. Se trata de una iniciativa trasnacional que tiene entre sus objetivos incrementar la importancia de la lengua española en el mundo. Esta postura es vista por muchos como colonialista por querer “quedarse con el negocio del español”, e indirectamente someter las autonomías a una verificación internacional.
Sin embargo, existen otros proyectos y otras preocupaciones en torno a la lengua, la UBA resalta el trabajo realizado con residentes –migrantes o poblaciones aborígenes internas que, a veces, llegan al castellano como segunda lengua– y al llamado turismo lingüístico constituido por los extranjeros que quieren estudiar el idioma en el país, actividad que crece sin pausas en la Argentina.

¿Es posible pensar en políticas lingüísticas centradas en nuestras propias necesidades? Consultada por Tiempo Argentino, Leonor Acuña, investigadora del Instituto Nacional de Antropología y representante de la UBA en el CELU, responde que sí: “En la Argentina se hace mucho en esa dirección. Esas acciones no tienen, a veces, tanta visibilidad, pero tenemos la experiencia de formación de docentes indígenas bilingües en el Chaco, por ejemplo, o la enseñanza de español a los refugiados por convenio con la ACNUR.”


¿Es posible pensar en políticas lingüísticas centradas en nuestras propias necesidades? Consultada por Tiempo Argentino, Leonor Acuña, investigadora del Instituto Nacional de Antropología y representante de la UBA en el CELU, responde que sí: “En la Argentina se hace mucho en esa dirección. Esas acciones no tienen, a veces, tanta visibilidad, pero tenemos la experiencia de formación de docentes indígenas bilingües en el Chaco, por ejemplo, o la enseñanza de español a los refugiados por convenio con la ACNUR.”


Para vos, quién debe evaluar nuestro nivel de español?
Leé la nota completa aquí  

1 comentario:

Ana Beatriz González dijo...

Pues es en realidad eso, una lucha por quedarse con el negocio. Las editoriales están con los cuchillos afilados, las academias lo mismo. El negocio está para todos y se lo va a llevar el que ande más listo. Así que a espabilar.